¿Has
pensado alguna vez en cómo es tu manera de comunicarte?
Ya los antiguos griegos decían “lo importante de un suceso no es lo que sucede sino cómo lo interpretan
las personas que hay en él”.
Con esto
quiero decir que uno de los errores más habituales que las personas cometen
cuando se relacionan con los demás consiste en creer que todos vemos el mundo
de la misma manera y que tenemos que compartir la misma forma de pensar.
Desde mi
trabajo diario me doy cuanto que este es uno de los grandes problemas que
existen entre las personas. Afirmo desde mi experiencia que SÍ existe el miedo
a comunicarse! Y lo que ignoramos es que queramos o no estamos comunicando
durante todo el día.
La totalidad
de las conductas, los sentimientos y los pensamientos tienen sus raíces en
alguna forma de comunicación.
¿Se
puede mejorar a nivel comunicativo?
Por supuesto
que sí, es un trabajo continuo. En los procesos de Coaching que llevo a cabo
tanto a nivel personal como procesos de Coaching ejecutivo uno de los objetivos
estrella mejorar en las habilidades comunicativas.
Muchos de los
errores que se producen en este área tienen que ver con que nos centramos mucho
en qué queremos decir, olvidándonos del cómo lo decimos o aún más importante de para qué lo decimos.
Cuando se
producen estos errores tenemos una tendencia a culpabilizar al receptor de la
pérdida o de la distorsión de la información. Pero… Emisor, quiero que reflexiones una cosa, ¿te
has asegurado de que tu mensaje se haya entendido y haya sido recibido como tú
quieres? No responsabilices al otro si has olvidado de cerrar tu proceso de
comunicación con un feedback, es decir, asegurándote de que tu mensaje ha sido
entendido y canalizado cómo tú querías. Tu eres el responsable de tu forma de comunicarte
y de que el mensaje llegue correctamente al receptor.
Es curioso
cuando en terapia de pareja observo cómo no se ESCUCHAN entre ellos. A veces
pienso que estoy viendo una película subrealista. Son capaces de estar diciendo
ambos exactamente lo mismo y al no escucharse y por supuesto hablarse
simultáneamente pueden alargar una discusión durante un buen rato
hasta que llega un momento en que simplemente les pregunto, ¿ os estáis
escuchando? Normalmente tras esta pregunta se suele producir un silencio (signo
evidente y uno de los más importantes que yo considero a nivel de comunicación)
y entonces es cuando se dan cuenta de que no tienen ni idea de lo que el otro
les estaba queriendo decir.
Es muy
importante escucharse y cuando digo esto no me refiero a oir al otro o a
escuchar por encima me refiero a ESCUCHAR ACTIVAMENTE, es decir, escuchar con
los cinco sentidos. Es una escucha de
360 grados, donde intervienen tanto las palabras, como el lenguaje no verbal,
las pausas, los ritmos….
¿Qué
nos puede impedir escuchar activamente?
Nuestra
propia resistencia, es decir, nuestros prejucios, creencias, presuposiciones,
deseos, expectativas, preocupaciones, miedos…Por lo tanto muchas veces lo que
escuchamos es nuestro propio ruido, nuestros propios sonidos y no realmente lo
que nos están diciendo.
¿Cómo
podemos evitar esta resistencia?
Siendo
flexibles. La flexibilidad es una capacidad que hay que desarrollar y que nos
enriquece, al facilitarnos captar otros aspectos del mundo de las demás
personas y permitirnos comprender las diferentes experiencias.
Una forma de
desarrollar la flexibilidad es rompiendo con las rutinas lo que conllevará a
cambios en mi mundo interno y por lo tanto en mi manera de ver las cosas.
“si sigues haciendo lo que siempre has hecho, no
llegarás más allá de dónde siempre has llegado”
EVITA
COMETER LOS SIGUIENTES ERRORES:
-No tener un objetivo claro de lo
que quiero comunicar. Si esto es así es muy fácil que el
receptor acabe dominando la conversación y por lo tanto me desvíe de lo que
quiero comunicar
-Hablar en negativo. En la medida de lo posible intenta
comunicar en positivo, evita los no quiero y no puedo y habla de lo que sí
quieres
-Prestar atención únicamente a ti
mismo cuando lo que
necesitas es observar a la otra persona para poder acompasarte y establecer un
rapport que es el que permitirá empezar a abrir un canal de comunicación
-Evita presuponer lo que los otros
piensan. No tenemos
la capacidad de leer mentes, no te dejes llevar por antiguas reacciones o
patrones conocidos.
-No completes la información omitida
con tus propias experiencias.
-No te resistas a las resistencias. Flexibiliza, si un mensaje no llega
como tu quieres cambia tu manera de comunicarlo
-No verificar. Para mí este es el punto más
importante, siempre que comuniques algo pide un feedback. Observa si el mensaje
ha llegado y ha sido entendido como tú quieres que llegue.
“UN
BUEN COMUNICADOR ES EL QUE ESCUCHA BIEN”
“UN
EXCELENTE COMUNICADOR ES EL QUE ESCUCHA EXCELENTE”
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