jueves, 20 de julio de 2017

Rutina sexual: como abordarla y mejorar nuestras relaciones

Los comienzos en una relación de pareja se suelen vivir con gran intensidad. En términos de deseo y pasión, estas pueden ser mucho más intensas durante las primeras fases de la relación que una vez consolidada. Con el paso del tiempo, muchas parejas afirman que han podido caer en la monotonía y la rutina, que ya “han perdido esa chispa” del inicio,  y que ya no sienten esa pasión y deseo a pesar de poder sentirse bien con su relación de pareja. En estos casos, es común que el percibir las relaciones sexuales como rutinarias afecte directamente sobre la frecuencia y la satisfacción percibidas.

Lo anterior puede repercutir negativamente a la pareja. Además de no disfrutar como en el pasado de su sexualidad, las atribuciones que se le dan al fenómeno de pérdida de pasión pueden ser dañinas para la relación. Cuando uno (o ambos) miembros de la pareja atribuyen esa pérdida de la pasión a sí mismos (p.e. “es que ya no me desea como antes porque estoy mayor y ya no soy atractivo/a”) o a que podría haber terceras personas, se puede generar un clima muy dañino. Y en realidad, la causa primera podría ser el haber caído en esa rutina y no ninguna de las atribuciones dadas.

Ahora bien… ¿Cómo podemos abordar esta situación?

Generalmente, si existe una buena relación y comunicación en la pareja no resulta complicado salir de esta rutina. Introducir nuevos elementos en nuestra vida sexual, experimentar, desprendernos de tabúes… Va a permitirnos reavivar esta chispa. Aquí tenemos que considerar que en las relaciones sexuales no existen pautas ni verdades universales, por y para todos. Las pautas, las reglas, las marcamos con nuestra pareja sexual. Llegamos a un acuerdo común sobre qué queremos o no queremos hacer, siempre desde el respeto y el cuidado tanto hacia uno mismo como hacia la otra persona. Si nos permitimos dejar a atrás los tabúes, comunicarnos abiertamente y establecer con nuestra pareja qué podemos hacer para mejorar nuestras relaciones sexuales, salvaremos esa rutina con alto éxito.

A continuación, os damos algunas de las claves a tener en cuenta con nuestra pareja para lograr salir de la rutina y mejorar nuestras relaciones sexuales:
  • Comunicación: Primer punto sobre el que siempre hacemos gran hincapié. Supone el pilar esencial tanto en terreno sexual como en cualquier otro dentro de una relación de pareja. Aplicado a este caso, tenemos que ser abiertos a la hora de hablar sobre sexualidad con nuestra pareja, sobre qué nos gusta y qué no nos gusta. Qué nos gustaría probar, nuestras fantasías, deseos… Y la posibilidad de ponerlos en práctica. Hablar sobre sexualidad puede reavivar ese deseo inicial…
  • Cultivar el erotismo con nuestra pareja: Vivir la sexualidad no se reduce al coito con la finalidad de lograr un orgasmo. Tenemos que aprender a disfrutar de todos los componentes de la sexualidad y del erotismo. Recuperar esa admiración y erotización en los encuentros o fuera de ellos. Además, permitirnos estar presentes para disfrutar de todas las sensaciones y señales que nos trasmite el contacto con la otra persona, desde algo tan simple como una caricia. Hablar de nuevo sobre ello, buscar conjuntamente esa erotización a través del contacto, de juegos… Avivar el interés y excitabilidad conjuntamente.
  • Innovar: Y hacerlo en todos los sentidos. Una vez logramos comunicarnos con apertura, podemos buscar innovar con la pareja. Hablar para atreverse a probar esa práctica o postura que nunca hemos probado pero por la que tenemos curiosidad, mantener contactos sexuales en lugares menos usuales, sorprender eróticamente a nuestra pareja en un momento en que no se lo espera… Y no limitar esta innovación al contacto coital. Innovar en los preliminares (un masaje erótico, por ejemplo), introducir juguetes eróticos, cumplir alguna de esas fantasías que nunca hemos probado…
  • Disfrutar del contacto físico: Incluso aunque no lleve a una relación coital. Re-aprender la fisionomía de nuestra pareja, disfrutando del contacto y de las sensaciones que nos reporta.
  • Espontaneidad: Ser espontáneos, sorprendernos mutuamente. Y sobre todo, no mantener contactos sexuales porque y cuando “toca”. No pongáis día y hora para mantener las relaciones. Permitid que surja, dejaros llevar por los momentos de intimidad. Dejaros llevar por ella, descubriendo hacia donde os lleva.
  • Cuidar los pequeños detalles: Cuidar los pequeños detalles como podría hacerse más al principio de la relación. De vez en cuando, atender al ambiente, a nuestro aspecto, a introducir pequeños detalles que sorprendan a nuestra pareja… Ambas partes pueden cuidar pequeños detalles en ocasiones, con los que sorprender y reavivar esa llama.
  • Olvidarnos de demostraciones: No estamos haciendo un examen. Se trata de disfrutar de la sexualidad con nuestra pareja y del contacto, no de demostrar nada ni de hacer todo como si de un examen en el que queremos sobresalir se tratase. Centrarnos ambas partes en lo que nos da placer y da placer a la otra persona, aprendiendo a disfrutar de todo el contacto. Habrá veces mejores y peores. Simplemente disfrutad del momento.
  • Tener espacio propio: Aprender a buscar espacios y momentos propios y de individualidad fomentarán salir de la rutina y mejorar otros aspectos de la relación. Tenemos que aprender a estar bien con nosotros mismos para estar bien con nuestra pareja. Y disfrutar de momentos separados nos permitirá también echar de menos a la otra persona y disfrutar más de los encuentros.
  • Evitar las comparaciones: Ya comentamos antes que no existen pautas ni verdades absolutas en sexualidad. Incluso en otros ámbitos de la relación, comparar con otras parejas para establecer “qué es normal y qué no es normal” solo generará que actuemos desde la obligación. Y al final no disfrutaremos. Examinar siempre desde cómo estamos nosotros dentro de la pareja descentrando el foco del exterior.

Considerando todo lo anterior, el primer componente para resolver esta situación, como remarcamos, será la comunicación. No obstante, debemos considerar que muchas otras veces los cambios en la actividad sexual pueden estar causados por motivos ajenos a la rutina, y habrá que abordarlos de manera diferente. En ocasiones, las relaciones sexuales pueden ver disminuida su frecuencia y satisfacción por otros problemas de pareja más profundos (por ejemplo, discusiones fuertes y conflictos no resueltos). Otros factores que podrán influir son circunstancias individuales que interfieren con la respuesta sexual (p.e. menor libido debido a inestabilidad laboral e importantes niveles de estrés). Sea cual sea la causa, será importante abordarlo conjuntamente: buscar de manera activa soluciones que beneficien al bienestar de ambas partes de la pareja e incluso ayuda profesional si es necesario.

Si tenéis dudas o necesitáis orientación, no dudéis en poneros en contacto con Martínez Bardaji psicología y salud.


Estaremos encantadas de ayudaros.