viernes, 26 de mayo de 2017

Manipulación y chantaje emocional en la pareja: Qué es, como identificarlo y como abordarlo.

El chantaje emocional es una forma de manipulación que, en muchas ocasiones, puede provenir de personas cercanas con las que compartimos algún lazo afectivo. Pueden ser amigos y/o familiares, aunque en muchas ocasiones aparece en el ámbito de la pareja. A través de ella, la persona que manipula emocionalmente pretende controlar a la otra persona, en términos de actos, de manera a veces muy sutil. En muchas ocasiones se justificará a través del afecto, y puede hacernos sentir sin posibilidades de elección. Llevado al extremo, el chantaje emocional se considera un acto de violencia psicológica y puede dañar y minar en gran medida nuestra autoestima así como generar heridas emocionales.

La manipulación emocional viene camuflada, en muchas ocasiones, en frases del tipo: “de acuerdo, pero si me quisieras… no lo harías…” “Haz lo que quieras, pero no te extrañes si luego nos va mal y te dejo…” “Decide tu, pero atente a las consecuencias” “Si me dejas estaré solo/a” “Ve si te apetece, yo me quedaré aquí abandonado/a…” etc. En definitiva, bajo palabras que buscan despertar en la persona manipulada sentimientos de culpa y/o miedo, de manera que acabamos cediendo a los deseos de la otra persona. 

Causas del chantaje emocional
Generalmente, una persona manipuladora puede parecer emocionalmente fuerte e intensa, pero en realidad está encubriendo una serie de miedos y carencias emocionales importantes. A veces comienzan a hacerlo incluso sin darse cuenta, impulsados por la emoción y el miedo. Las causas más comunes incluyen:
  • Baja autoestima y pobre autoconcepto: Debido a que el concepto de sí mismos/as está deteriorado, buscan reafirmarlo con su entorno. Para sentirse válidos/as pueden pedir demostraciones de afecto casi imposibles y que los demás, en especial la pareja, cumplan todos los deseos para “demostrar amor”.
  • Miedo al abandono: En relación a lo anterior pero con mayor profundidad, las personas que tienden a manipular emocionalmente suelen enmascarar heridas emocionales de abandono. Desde este miedo puede aparecer un temor excesivo e irracional a que la pareja les abandonen, lo que les puede llevar a conductas de 1) control de la pareja para que no se vaya y 2) búsqueda de demostraciones de amor constantes.


Las dos anteriores no son excluyentes y en muchos casos podrán darse de manera conjunta. Otras causas podrían ser el aprendizaje durante la infancia (si han sido víctimas de manipulación emocional a edades tempranas por ejemplo. O si han sido sobreprotegidos y no tienen tolerancia a la frustración) o a la existencia de rasgos de personalidad de tipo principalmente narcisista.

¿Como se manifiesta o que tipos existen?
Existen diversas maneras de manipulación emocional, algunas mucho más explícitas que otras. Al final, y como es lógico, cada persona emplea las que más útiles le han sido a lo largo del tiempo. No obstante, se han identificado algunas maneras típicas y comunes que tienen los manipuladores emocionales de lograr sus objetivos:
  • Culpabilidad: Lograr que la otra persona sienta culpa para que acabe haciendo lo que se le está pidiendo. Ya sea a través de frases que hagan sentir mal a esta persona o castigando, por ejemplo con silencio, hasta lograr lo que desean.
  • Dependencia: En este caso, la persona lograría el control expresando una dependencia excesiva de la otra persona. Enmascaran este control a través de mostrarse débiles e impotentes, con manifestaciones del tipo “si me abandonas no lo soportaré” “si me dejas no vale la pena vivir”.
  • Generar dependencia a la otra persona: Conociendo sus puntos débiles, minar su autoestima para continuar “salvándole” de la situación y “estando ahí siempre”. De esta manera, genera una falsa dependencia a la otra persona pudiendo manejar a su antojo su comportamiento.
  • Victimismo: Frente a cualquier conversación, discusión o situación, hacerse la víctima de manera que al final acaben cediendo a sus deseos.
  • Castigos y ultimátums: En este caso hablamos de un tipo de manipulación mucho más explícita y agresiva. En este caso, pueden aparecer ultimatums del tipo “si lo haces te dejaré” o “haz lo que quieras, pero atente a las consecuencias, si luego no quiero estar contigo”.
  • Falsas promesas: Cuando perciben una reacción por parte de la otra persona pueden llegar a decir que no pasará más y pedir otra oportunidad. Que no habrá más ultimátum, que serán más flexibles… Pero generalmente se quedará en una promesa y puede ser incluso una señal de alarma.

¿Cómo lo detectamos?
A pesar de conocer los tipos de chantaje o manipulación emocional, a menudo no es tan fácil identificarlos en la vida real. No todas las personas lo hacen de la misma manera ni tienen los mismos objetivos: puede ir desde una manipulación indirecta, no definida, hasta la intencionalidad de provocar daños en la persona manipulada. Sea como sea, generará marcas emocionales en la persona que lo sufre, motivo por lo que es importante estar atentos a las señales. Algunas de ellas, junto con la detección de patrones como los anteriormente comentados, son:
  • Nos realizan demandas que nunca tienen en cuenta (e incluso van más allá) nuestros deseos y necesidades.
  • Por mucho que nos pidan y hagamos nunca es suficiente y además nos harán sentir mal si no cedemos a sus deseos.
  • No ceden nunca o ceden de manera condicional. Cuando lo hacen es probable que lo utilicen en nuestra contra en un futuro cercano.
  • Tergiversan las palabras: Se les da genial “darle la vuelta a la tortilla” y victimizarse.
  • Amenazan emocionalmente, exageran las consecuencias de un error y hablan siempre del daño que les causamos.
  • Subestiman los problemas de los demás y los suyos son los únicos y reales.
  • Siempre quieren dominar, controlar y tener la razón en cualquier conversación.
  • Son muy lábiles emocionalmente.

      No obstante, tenemos que tener en cuenta que no todo va a ser siempre chantaje o manipulación. A veces pueden darse situaciones como las anteriormente descritas sin que nos encontremos frente a un manipulador o manipuladora emocionales; va a haber discusiones, críticas, enfados... El problema radica cuando todo lo anterior ocurre de manera sostenida y es el patrón de interacción habitual. En estas ocasiones la persona manipulada sentirá que no tiene libertad de elección, puede sentir culpa, vergüenza y a veces incluso miedo de enfrentar a la otra persona.

      El chantaje emocional en la pareja
No todas las relaciones de pareja son sanas ni los sentimientos que se generan son siempre positivos; en ocasiones, debido a miedos, celos, inseguridades, falta de recursos, o mil razones más, puede darse una lucha de poder  en la que la persona que los siente, impulsado por ellos, busca controlar la relación como método poco acertado para controlar esos sentimientos.

Cuando el chantaje emocional se da en la pareja, suele darse de manera paulatina. Cuando aparece suele ser sutil y cuesta identificarlo en un primer momento. Se convierte en una estrategia de control, de manera que tiene el “poder” de la relación y a menudo se emplea como medio para reafirmar que la pareja “le quiere”. Busca la obediencia generando culpa y responsabilidad en la otra persona. 
Incluso, le puede llegar a generar importantes niveles de ansiedad.

En una pareja, la manipulación emocional emplea el afecto y el amor propios de la relación para lograr sus metas. Tergiversa situaciones, culpabiliza al otro, y esconde muchas veces que  “cuanto más cedes más me quieres, y si no no me estás queriendo bien”. Además, en este caso la persona que manipula suele tener un amplio abanico de recursos sea consciente o no. Cuando no puede manipular a la pareja en un momento dado, suele recurrir al pasado, a situaciones vividas en el pasado, a todo lo que han hecho por la otra persona, y similares.  

En general y como se pincela anteriormente, el intento de control de la pareja viene de un intento de control total sobre la relación. Y este vendría impulsado por importantes niveles de temor a perder a la pareja y miedo al abandono por parte de esta. Además pueden existir una importante inseguridad persona, falta de autoconfianza y baja autoestima. Y la mayoría justifican sus actos desde el amor. No obstante, sea como sea, tenemos que tener presente que ningún tipo de manipulación es amor y que supone una manera de violencia psicológica. Si se da por miedos, inseguridades y heridas emocionales habrá que abordarlo, pero no debemos caer en la trampa de justificarlo a pesar de existir dicho trasfondo.

¿Cómo protegerse/evitarlo?

El primer paso es aprender a identificarlo. Conociendo como ahora conocemos lo que es, podemos estar atentos a las señales para poder reaccionar de manera diferente a como solíamos hacer. Identificar como nos sentimos frente a las peticiones de nuestra pareja nos ayudará a identificar si se puede estar dando una posible manipulación emocional. Cuando lo que nos pide la otra persona comienza a condicionar nuestras actitudes y actos, generando remordimientos y culpa, y haciéndonos sentir “atados” y sin libertad de elección, es muy probable que esté ocurriendo una manipulación emocional. De esta manera, “tenemos que hacer lo que el otro quiere, porque si no no le queremos”. Pero nosotros no estamos a gusto ni de acuerdo…
A partir de aquí, cuando percibimos estas situaciones, podemos intentar cortarlo de la siguiente manera:

  • No ceder a los chantajes. Si vemos que está ocurriendo, podemos analizar el comportamiento de la otra persona y cambiar nuestra reacción habitual (por ejemplo, atreviéndonos a decir que no y a expresar lo que queremos asertivamente, comunicando como nos sentimos cuando ocurre esto).
  •  Mantener nuestra independencia emocional: No solo frente a la manipulación, pero siempre dentro de una relación de pareja. La independencia emocional de cada uno es clave para que una pareja funcione adecuadamente, que dos personas puedan ser independientes, pero prefieran estar juntas.
  • Pregúntate si eres feliz y si necesitas  a tu pareja para mantener tu autoestima. Si crees que está faltando algún derecho básico, hazlo saber.
  • No ser permisivo. Cuando una relación se basa en la manipulación estamos en una relación tóxica. Esto nos va a desgastar, a minar nuestras energías y además nos hará sentir emocionalmente heridos. La manipulación no es amor.
  • Dejar atrás los victimismos: tampoco vale victimizarse sobre como somos tratados. Tenemos capacidad de decisión y actuación, para cambiar nuestras reacciones. Y siempre podemos decidir si queremos seguir en una relación de ese tipo, abordarlo en terapia de pareja o dejar la relación, qué hacer con respecto a ella.
  • No pensar que todo es chantaje emocional: nos estaríamos equivocando. Todos tenemos derecho a reprochar conductas o actitudes, a enfadarnos… por lo que también tenemos que aprender a respetarlo. Hablamos de manipulación cuando un miembro de la pareja mina constantemente la libertad y los derechos de la otra persona.


Hasta ahora hemos hablado de en qué consiste el chantaje emocional, como identificarlo y como abordarlo, a grandes rasgos. En ocasiones, a medida que se mejora la comunicación y cambia nuestra manera de reaccionar, cortando las manipulaciones, puede darse una mejora. No obstante, si vemos que se mantiene en el tiempo y genera importantes niveles de malestar, será necesario abordarlo en pareja con un profesional si queremos mantener una relación sana.

Si tienes cualquier duda o necesitas orientación, no dudes en ponerte en contacto con Martínez Bardaji psicología y salud,
Estaremos encantadas de ayudarte.


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